Una y otra vez me asomo a la ventana y veo el río fluir. Nada cambia, aparentemente. Pero bien sé que el agua no es la misma de ayer. Y así fluye la vida, regalándonos los mismos paisajes que mueren y vuelven a nacer a cada instante.
Quizá será cuestión de aceptar que nada es inmutable. Que todo se transforma en este círculo de ida y vuelta constante.
Muy bonito. La foto también.
Gracias, Car! Es interesante como evolucionan las cámaras de los móviles. Un abrazo!
Tal vez no podamos cambiar su curso, pero bajen las aguas como bajen siempre podremos seguir oyéndolo correr y viéndolo. Un texto algo melancólico, pero me gustó. Un abrazo.
El río y la vida, la vida y el río, ambos llevando un transitar paralelo.. 🙂 Abrazos de luz
Así es, el mundo va girando y la vida se mueve con él, como el río.
Un abrazo⚘